ANARQUÍA
POSANARQUISMO
La Asociación de la Anarquía Ontológica se
reúne en cónclave, turbantes negros y túnicas brillantes, tumbados sobre
alfombras de Shiraz, sorbiendo café amargo, fumando de largos chibouks y sibsi.
Pregunta: ¿Cuál es nuestra posición respecto
a todos los recientes abandonos y deserciones del anarquismo (especialmente en
tierras de California): ¿Condenar o condonar? ¿Purgarlos o ensalzarlos como
vanguardia? ¿Considerarlos élite gnóstica… o traidores?
De hecho, sentimos mucha simpatía por estos
desertores y por sus diversas críticas del anarquismo. Como Simbad con el horrible Viejo del Mar, el anarquismo se
tambalea con el cadáver de un mártir mágicamente enganchado sobre sus hombros;
hechizado por el legado del fracaso y el masoquismo revolucionarios: agua estancada
de la historia perdida.
Entre el
pasado trágico y el futuro imposible,
al anarquismo parece faltarle un presente;
como temeroso de preguntarse a sí mismo, aquí y ahora, ¿Cuáles son mis verdaderos deseos? ¿Y qué puedo hacer antes de que sea demasiado tarde?…
Sí, imagínate a ti mismo cara a cara con un
brujo que te mira hostil y pregunta: «¿Cuál es tu verdadero deseo?» ¿Vacilas,
balbuceas, te refugias en tópicos ideológicos? ¿Posees tanto imaginación como voluntad, eres capaz de soñar y atreverte, o eres el pariente de
una fantasía impotente?
Mírate en el espejo e inténtalo… (ya que una
de tus máscaras es la cara de un brujo)…
El movimiento
anarquista apenas acoge hoy en día a ningún negro, gitano, nativo americano o
niño… a pesar de que incluso en teoría son grupos tan genuinamente oprimidos
los que han de beneficiarse al máximo de cualquier revuelta antiautoritaria.
¿No será que el anarquismo no ofrece programas concretos con los que los
verdaderamente desposeídos puedan realizar (o al menos luchar de una manera
realista para realizar) sus verdaderos deseos y necesidades?
Si es así, entonces este fracaso no sólo
explicaría la falta de atractivo que el anarquismo tiene para los pobres y los
marginados, sino también el desafecto y las deserciones de entre sus propias
filas. Las manifestaciones, piquetes y reimpresiones de los clásicos del siglo
XIX no contribuyen a una conspiración vital y atrevida para autoliberación. Si
el movimiento ha de crecer en vez de
encogerse, habrá que tirar por la borda un montón de madera muerta y abrazar
unas cuantas ideas arriesgadas.
El potencial existe. En cualquier momento, un
gran número de individuos se va a dar cuenta de que les están forzando a tragar
una carretada de aburrida mierda histérica y reaccionaria con saborizante
artificial. Vastos coros de gruñidos, gemidos, vómitos y nauseas… las turbas
iracundas deambulan por los supermercados, destrozando y saqueando… La Bandera
Negra podría servir de foco a la indignación y canalizarla hacia una
sublevación de la imaginación.
Podríamos recoger la lucha donde la dejaron el situacionismo en el 68 y los
autonomosa en los setenta, y llevarla a su siguiente fase. La revuelta podría
darse en nuestros tiempos; y en el proceso, muchos de nuestros verdaderos deseos podrían verse
realizados, bien sólo sea por una temporada, una breve utopía pirata, una zona
libre plegada en el viejo continuum del espacio-tiempo.
Si la AAO retiene su afiliación con el movimiento, no sólo lo hace a cuenta de
una predilección romántica por las causas perdidas; o no del todo, al menos. De
todos los sistemas políticos, el
anarquismo (a pesar de todos sus defectos, y precisamente porque no es ni
político ni sistema) se aproxima más a nuestra concepción de la realidad, de la
ontología, de la naturaleza del ser. Y en cuanto a los desertores… estamos de
acuerdo con sus críticas, pero también advertimos que no parecen ofrecer nuevas
alternativas potentes. Así es que de momento preferimos concentrarnos en
transformar el anarquismo desde dentro.
Aquí está nuestro programa, camaradas:
- Trabaja en la conciencia de que el racismo psíquico ha reemplazado a la discriminación abierta como uno de los aspectos más repugnantes de nuestra sociedad. Participa de manera imaginativa en otras culturas, especialmente en aquellas con las que convivimos.
- Abandona toda pureza ideológica. Abraza el anarquismo de «tipo 3» (por usar el término al uso de Bob Black): ni colectivista ni individualista. Limpia el templo de vanos ídolos, desembarázate del Viejo Horrible, de las reliquias y de los martirologios.
- El movimiento antitrabajo o Trabajo Cero es extremadamente importante, incluyendo un ataque radical y quizás violento contra la educación y la servidumbre de los niños.
- Desarrolla una trama nacional de samizdat, sustituye las tácticas caducas de publicaciones/propaganda. Utiliza la pornografía y el entretenimiento popular como vehículos de una reeducación radical.
- En música la hegemonía del compás 2/4 y del 4/4 ha de ser derrocada. Necesitamos una nueva música, totalmente disparatada pero afirmadora de la vida, potente pero rítmicamente sutil, y la necesitamos ya.
- El anarquismo tiene que destetarse del materialismo evangélico y del banal cientifismo bidimensional del siglo XIX. «Los estados más elevados de conciencia» no son meros fantasmas inventados por sacerdotes malvados. El oriente, lo oculto, las culturas tribales poseen técnicas que pueden ser asimiladas de manera verdaderamente anarquista. Sin «los estados más elevados de conciencia», el anarquismo se consume y seca en una forma de mezquindad, en un quejoso lamento. Necesitamos un tipo práctico de anarquismo místico, exento de toda la mierda y el relumbrón new age, e inexorablemente herético y anticlerical; ávido de todas las nuevas tecnologías de conciencia y metanoia; una democratización del chamanismo, ebria y serena.
- La sexualidad está bajo asalto, obviamente desde la derecha, más sutilmente desde la pseudovanguardia de «la postsexualidad», e incluso aún mas sutilmente desde su recuperación espectacular en los media y la publicidad. Es el momento adecuado para un avance más amplio en la conciencia SexPol, una reafirmación explosiva del eros polimorfo (incluso y especialmente frente a la plaga y la penumbra) una glorificación literal de los sentidos, una doctrina del gozo. Abandona toda vergüenza y todo odio por el mundo.
- Ensaya nuevas tácticas para reemplazar el caduco equipaje de la izquierda. Enfatiza los beneficios prácticos, materiales y personales de la creación de tramas radicales. Los tiempos no se muestran propicios para la violencia o la combatividad, pero con toda seguridad un poco de sabotaje y de disrupción imaginativa nunca están fuera de lugar. Trama y conspira, no despotriques y te lamentes. El mundo del arte en particular se merece una buena dosis de «terrorismo poético».
- La desespacialización de la sociedad postindustrial facilita ciertas ventajas (por ejemplo, la creación de tramas digitales), pero puede también manifestarse como una forma de opresión (falta de hogar, desarrollismo, despersonalización de la arquitectura, devastación de la naturaleza, etc.) Las comunas de los sesenta intentaron dar un rodeo a estas fuerzas, pero fracasaron. La cuestión de la tierra se niega a desaparecer. ¿Cómo podemos separar el concepto de espacio de los mecanismos de control? Los gángsters territoriales, las Naciones Estado, han metido mano al mapa entero. ¿Quién habrá de inventarnos una cartografía de la autonomía, quien puede dibujar un mapa que incluya nuestros deseos?
El anarquismo implica
en última instancia anarquía: y la anarquía es Caos. El Caos es el principio de
la creación continua… y el Caos nunca murió.
Sesión
plenaria de la AAO, marzo del 87, NYC
Post-Anarchism
Anarchy
The Association for
Ontological Anarchy gathers in conclave, black turbans & shimmering robes,
sprawled on shirazi carpets sipping bitter coffee, smoking long chibouk &
sibsi. Question: What’s our position on all these recent defections &
desertions from anarchism (esp. in California-Land): condemn or condone? Purge
them or hail them as advance-guard? Gnostic elite... or traitors?
Actually, we have a
lot of sympathy for the deserters & their various critiques of anarchism.
Like Sinbad & the Horrible Old Man, anarchism staggers around with the
corpse of a Martyr magically stuck to its shoulders — haunted by the legacy of
failure & revolutionary masochism — stagnant backwater of lost history.
Between tragic Past
& impossible Future, anarchism seems to lack a Present — as if afraid to
ask itself, here & now, what are my true desires? — & what can I do
before it’s too late ?... Yes, imagine yourself confronted by a sorcerer who
stares you down balefully & demands, “What is your True Desire?” Do you hem
& haw, stammer, take refuge in ideological platitudes? Do you possess both
Imagination & Will, can you both dream & dare — or are you the dupe of
an impotent fantasy?
Look in the mirror
& try it...(for one of your masks is the face of a sorcerer)...
The anarchist
“movement” today contains virtually no Blacks, Hispanics, Native Americans or
children... even tho in theory such genuinely oppressed groups stand to gain
the most from any anti-authoritarian revolt. Might it be that anarchism offers
no concrete program whereby the truly deprived might fulfill (or at least
struggle realistically to fulfill) real needs & desires?
If so, then this
failure would explain not only anarchism’s lack of appeal to the poor &
marginal, but also the disaffection & desertions from within its own ranks.
Demos, picket-lines & reprints of 19th century classics don’t add up to a
vital, daring conspiracy of self-liberation. If the movement is to grow rather
than shrink, a lot of deadwood will have to be jettisoned & some risky
ideas embraced.
The potential exists.
Any day now, vast numbers of americans are going to realize they’re being
force-fed a load of reactionary boring hysterical artificially-flavored crap.
Vast chorus of groans, puking & retching... angry mobs roam the malls,
smashing & looting... etc., etc. The Black Banner could provide a focus for
the outrage & channel it into an insurrection of the Imagination. We could
pick up the struggle where it was dropped by Situationism in ’68 &
Autonomia in the seventies, & carry it to the next stage. We could have
revolt in our times — & in the process, we could realize many of our True
Desires, even if only for a season, a brief Pirate Utopia, a warped free-zone
in the old Space/Time continuum.
If the A.O.A. retains
its affiliation with the “movement,” we do so not merely out of a romantic
predilection for lost causes — or not entirely. Of all “political systems,”
anarchism (despite its flaws, & precisely because it is neither political
nor a system) comes closest to our understanding of reality, ontology, the
nature of being. As for the deserters... we agree with their critiques, but
note that they seem to offer no new powerful alternatives. So for the time
being we prefer to concentrate on changing anarchism from within.
Here’s our program,
comrades:
- Work on the realization that psychic racism has replaced overt discrimination as one of the most disgusting aspects of our society. Imaginative participation in other cultures, esp. those we live with.
- Abandon all ideological purity. Embrace “Type-3” anarchism (to use Bob Black’s pro-tem slogan): neither collectivist nor individualist. Cleanse the temple of vain idols, get rid of the Horrible Old Men, the relics & martyrologies.
- Anti-work or “Zerowork” movement extremely important, including a radical & perhaps violent attack on Education & the serfdom of children.
- Develop american samizdat network, replace outdated publishing/propaganda tactics. Pornography & popular entertainment as vehicles for radical re-education.
- In music the hegemony of the 2/4 & 4/4 beat must be overthrown. We need a new music, totally insane but life-affirming, rhythmically subtle yet powerful, & we need it now.
- Anarchism must wean itself away from evangelical materialism & banal 2-dimensional 19th century scientism. “Higher states of consciousness” are not mere spooks invented by evil priests. The orient, the occult, the tribal cultures possess techniques which can be “appropriated” in true anarchist fashion. Without “higher states of consciousness,” anarchism ends & dries itself up into a form of misery, a whining complaint. We need a practical kind of “mystical anarchism,” devoid of all New Age shit-&-shinola, & inexorably heretical & anti-clerical; avid for all new technologies of consciousness & metanoia — a democratization of shamanism, intoxicated & serene.
- Sexuality is under assault, obviously from the Right, more subtly from the avant-pseud “post-sexuality” movement, & even more subtly by Spectacular Recuperation in media & advertising. Time for a major step forward in SexPol awareness, an explosive reaffirmation of the polymorphic eros — (even & especially in the face of plague & gloom) — a literal glorification of the senses, a doctrine of delight. Abandon all world-hatred & shame.
- Experiment with new tactics to replace the outdated baggage of Leftism. Emphasize practical, material & personal benefits of radical networking. The times do not appear propitious for violence or militancy, but surely a bit of sabotage & imaginative disruption is never out of place. Plot & conspire, don’t bitch & moan. The Art World in particular deserves a dose of “Poetic Terrorism.”
- The despatialization of post-Industrial society provides some benefits (e. g. computer networking) but can also manifest as a form of oppression (homelessness, gentrification, architectural depersonalization, the erasure of Nature, etc.) The communes of the sixties tried to circumvent these forces but failed. The question of land refuses to go away. How can we separate the concept of space from the mechanisms of control? The territorial gangsters, the Nation/States, have hogged the entire map. Who can invent for us a cartography of autonomy, who can draw a map that includes our desires?
Anarchism ultimately
implies anarchy — & anarchy is chaos. Chaos is the principle of continual
creation...& Chaos never died.
— A.O.A. Plenary
Session, March ’87, NYC
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