jueves, 31 de diciembre de 2015

«EL OCÉANO DE LIMONADA Y LOS TIEMPOS MODERNOS», UN TEXTO DE HAKIM BEY



Hakim Bey
El océano de limonada 
y los tiempos modernos






Otro río más a cruzar 

En nuestra experiencia (es decir, no simplemente en nuestra especulación intelectual, sino en el día a día) hemos descubierto que el Ego puede llegar a ser tan espectral como el Grupo; o de hecho, tan espeluznante como cualquier abstracción capaz de controlar la conducta, las emociones, el pensamiento o el destino. Tan profundamente influenciados como hemos sido por Stirner / Nietzsche / Tucker / Mackay, jamás nos hemos aferrado a ninguna forma ideológica o psicológica rígida de Individualismo / Egoísmo. El individualismo anarquista es suculenta dinamita, sin embargo no es el único ingrediente de nuestro cóctel.

Nuestra posición, expuesta de manera muy simple (y muy obvia): la autonomía del individuo parece ser complementada y mejorada por el movimiento del grupo; a la vez que la efectividad del grupo parece depender de la libertad del individuo.

En los años 80 —a causa de la pobreza, el terror, la mediación y la alienación— el individuo iba estando cada vez más y más aislado, mientras que toda forma de combinación (comunas, cooperativas, etc.) era eliminada, y si no reducida a pura comparsa. Los placeres del ego aislado empiezan a salir mientras el Yo es gradualmente reducido a un terminal de comunicaciones o a un embudo hacia los fetiches de la comodidad. En los 90 demandaremos medios de asociación efectivos que no dependan del Capital ni de ninguna otra forma de representación. Rechazamos el falso trance del grupo del Espectáculo, pero también rechazamos la exclusiva inefectividad del ermitaño amargado. ¡Una ilusión que siempre habrá que superar!

Maximizando a Marx

Anarquismo de tipo 3 (un término acuñado por Bob Black) designa a una forma no-ideológica de anarquismo radical ni Individualista ni colectivista, pero en cierto modo como ambos a la par. Esta corriente dentro del antiautoritarismo no es nada nuevo, sin embargo tampoco ha adquirido ninguna forma definitiva. Se pueden encontrar versiones de esto en diversas obras como Bolo’bolo [libro publicado el 1983 por el anarquista suizo Hans Widmer], o los textos de los situacionistas. Un grupo situacionista (Para Nosotros) llegó al punto de sugerir una síntesis de Max Stirner y Karl Marx, quienes en vida fueron enemigos acérrimos. Este grupo señaló que el existencialismo psicológico de Stirner no se riñe necesariamente con la economía de Marx. Mijail Bakunin no se opuso a la crítica original de Marx, sino más bien a la solución que propuso, la dictadura.

Para nosotros, Stirner supera a Marx porque la psicología precede a la economía en nuestra teoría de liberación, pero leemos a Stirner a la luz de Bakunin y de los inicios de Marx; a la luz de la Primera Internacional y de la Comuna de 1870, a la luz de Proudhon.

Para clarificar esta posición, introduciremos dos nombres más de nuestro árbol genealógico, Steven Pearl Andrews (1812-1886) y Charles Fourier (1772-1837). En cierto modo, nos parece una pareja más agradable que Max y Marx, ya que ambos colaboraron significativamente a la causa de la liberación erótica (una preocupación central de la Sociedad de Mackay), al revés, digamos, que el virginal Bakunin, Marx o Proudhon —todos unos mojigatos— o para ello Stirner, Nietzsche o Benjamin Tucker, quienes más o menos evitaron el asunto. Serios historiadores de lo social pasan por alto a menudo a Andrews y a Fourier por ser unos excéntricos: utopistas, marginales, visionarios al estilo William Blake. Es necesario ser algo surrealista para poder apreciarlos. Pero nuestra apreciación es algo más que erótica, estética o espiritual. También nos hacemos con ellos una imagen precisa de nuestra propia posición en la corriente tipo 3 del libertarismo contemporáneo.

Océano de limonada

Fourier era fascinante. Vivió durante la misma época que el Marqués de Sade y Blake, y merece ser recordado como un igual de estos, o incluso superior a ellos. Estos otros dos apóstoles de la libertad y del deseo carecían de discípulos políticos, sin embargo a mediados del siglo XIX, literalmente cientos de comunas (falansterios) fueron fundadas en Francia, Norteamérica, México, Sudamérica, Argelia, Yugoslavia, etc. sobre los principios fourieristas. Proudhon, Engels y Kropotkin, así como André Breton y Roland Barthes lo leyeron con fascinación. No obstante, hoy día en América, Fourier se encuentra olvidado —ninguna obra suya ha sido completamente impresa aquí— unas pocas antologías salieron en los 70, pero desaparecieron, y solamente hay una obra sobre él (una excelente biografía escrita por Jonathan Beecher, que podría servir para despertar algún entusiasmo). Los mismos discípulos de Fourier censuraron algunos de sus textos más importantes (sobre sexualidad), que no aparecieron impresos hasta 1967. Esa fue la época en la que fue redescubierto.

Citar a Fourier fuera de contexto es traicionarlo. Decir, por ejemplo, que creía que el océano se volvería de limonada en el futuro, cuando la humanidad viviera en Armonía, es hacerse una imagen burlesca de él (tal y como hizo Hawthorne en El Romance de Blithedale). Para comprender la belleza de la idea, ésta debe ser vista en el contexto de las grandiosas y brillantes especulaciones cosmológicas de Fourier, contrincantes de las profecías de Blake en cuanto a complejidad. Para Fourier, el universo está compuesto de seres vivos, planetas y estrellas, los cuales mantienen relaciones sexuales entre ellos, de modo que la creación de por sí es continua. Las miserias de la Civilización han desviado a la Tierra y a la humanidad de su propio destino en un sentido literalmente cósmico. La Pasión, la cual hemos aprendido a ver como el mal, es de hecho, virtualmente, el principio divino. Los seres humanos son estrellas microscópicas, y todas las pasiones y deseos (incluyendo los fetiches y las perversiones) son por naturaleza no solamente buenas, sino necesarias para la realización del destino de los humanos. En el sistema de Armonía de Fourier todas las actividades creativas incluyendo a la industria, la artesanía, la agricultura, etc. surgirán de la liberación de la pasión: ésta es la famosa teoría de la labor atractiva. Fourier sexualiza el mismo trabajo; la vida del Falansterio es una continua orgía del sentimiento intenso, del pensamiento y de la actividad, una sociedad de amantes y salvajes entusiastas. Cuando la vida social de la Tierra es armonizada, nuestro planeta volverá a incorporarse al universo de Pasión y se experimentarán vastas transformaciones en la forma del cuerpo humano, en el tiempo atmosférico, en los animales y plantas, incluso en los océanos. La Pasión es a la humanidad y la asociación como la gravedad es a los astros y los sistemas orbitales. El falansterio es un sistema solar pequeño que gira alrededor del fuego central de las pasiones. Así pues, aunque Fourier siempre defiende al individuo contra la tiranía de los grupos Civilizados (a lo que nosotros hemos llamado grupos del Espectáculo en el contexto actual), no obstante para él el grupo en su forma ideal posee una cualidad de globalidad. Se bromea sobre él diciendo que el único pecado dentro de su sistema consiste en almorzar solo. Sin embargo, la asociación no puede ser considerada una forma de colectivismo o comunismo; no es estrictamente igualitario, y no elimina la propiedad personal o ni siquiera la herencia. Además, todos los complicados títulos y rangos con que Fourier se deleitó inventando para sus Armonianos eran voluntarios y puramente ceremoniales. El Armoniano no vive con unas 1.600 personas bajo un mismo techo por obligación o por altruismo, sino por el puro placer de las relaciones sociales, sexuales, económicas, gastrosóficas, culturales y creativas que esta asociación permite y fomenta.

El individualista agradable

Uno de los ejemplos favoritos de Fourier de cómo la armonía funciona incluso en la Civilización eran los convites, donde el vino, el ingenio y la buena comida se disfrutan según un orden espontáneo, libre de toda ley y moralidad. La Armonía Social sería como una fiesta sin final: Fourier se imaginaba a la gente saltando de la cama a las tres de la mañana para ir a coger cerezas como un portero de fútbol busca el balón.

Steven Pearl Andrews (quien también utilizaba la metáfora del banquete) no era fourierista, pero vivió durante la breve moda de los falansterios en América y adoptó muchos de los principios y prácticas fourieristas. Su mentor era Josiah Warren, primer exponente del anarquismo individualista (o Soberanía del Individuo) en América; aunque Warren bebió mucho de algunas corrientes de la democracia radical y de la anarquía espiritual protestante, que puede situarse en el período Colonial más temprano. Andrews era un constructor de sistemas, un logoteta como Fourier y Blake, un creador de mundos hechos de palabras. Combinó el abolicionismo, el amor libre, el universalismo espiritual, a Warren y a Fourier en un gran esquema utópico al que llamó Pantarquía Universal.

Andrews ayudó en la fundación de varias comunidades intencionales, incluyendo la Brownstone Utopia en la calle 14 de Nueva York, y la Modern Times en Brentwood, Long Island. Esta última es famosa por ser la comuna fourierista más conocida; de hecho, Modern Times fue tristemente célebre (por su amor libre) y al final se fue a pique bajo una aplastante ola de escandalosa publicidad. Andrews y Victoria Woodhull eran miembros de la infame Sección 12 de la Primera Internacional, y expulsados de ella por sus tendencias anarquistas, feministas y espiritualistas.

Como Fourier, Andrews creó una religión para sustituir todos los cultos autoritarios de la Civilización. Hay que admitir que esta tendencia mística en ambos pensadores nos interesa mucho, y otra vez más despierta más nuestra simpatía que el frío ateísmo (o materialismo fundamentalista) de un Stirner o de un Marx. El anarquismo de tipo 3 para nosotros incluye tanto la herencia de la protesta, de los antinomianos y de la Familia del Amor, como las formas radicales de budismo, taoísmo y sufismo.

Como Blake, Fourier y Pearl Andrews construyeron sus sistemas propios de modo que no se es esclavos de otra persona; y estas magníficas estructuras incluían dimensiones psicológica, sexual y espiritual, las cuales estaban ausentes de los meros sistemas ideológicos o filosóficos. Los detalles estructurales de Armonía y Pantarquía son fascinantes e inspiradores, sin embargo para nosotros su valor más profundo permanece en lo desafiante de su total subjetividad radical. Fourier y Pearl Andrews crearon la poesía de la vida, y no mera política o economía. Éste es el aspecto de su obra que más admiramos y deseamos emular.

La Pantarquía Universal y el Falansterio Norteamericano

En un sentido más inmediato, nos damos cuenta de que Fourier y Pearl Andrews nos ofrecen argumentos y consejos prácticos para el establecimiento de un tipo de asociación que parece incluso más deseable ahora que antes de la época del Capitalismo Tardío, del Comunismo Muerto, del puro Espectáculo, de la espeluznante alienación de las tarjetas de crédito y los contestadores automáticos, de las encuestas, de los virus de ordenador y de las averías de los sistemas de seguridad. En los años 80 incluso los autónomos antiautoritarios cayeron en un horripilante estado de comunicaciones vía correo, BBS [Bulletin Board System es un software para redes de ordenadores/computadoras], fotocopias y cintas de audio. La separación física nunca puede ser satisfactoriamente suplida por la electrónica, sino únicamente por la convivencia, por la vida compartida en el sentido físico más literal. Quienes se encuentran físicamente divididos son los que también se encuentran conquistados y controlados. Los verdaderos deseos —eróticos, gustativos, olfativos, musicales, estéticos, psíquicos y espirituales— son los que más se logran satisfacer en un contexto de libertad de uno mismo y de los demás en una proximidad física y en el apoyo mutuo. Todo lo demás es a lo sumo como una representación. Toda revuelta contra la Civilización puede ser vista (al menos desde un punto de vista) como un intento de recrear la intimidad autónoma del grupo, la libre asociación de individuos.

La soledad morbosa no es mejor que el consenso manipulado del Nuevo Orden Mundial, de hecho ambas no son sino distintas caras de la misma moneda, como los sin techo y el alquiler: el falso individualismo versus el falso colectivismo. De cara a esta ilusoria dicotomía nosotros continuaremos propagando la Soberanía del Individuo, pero al mismo tiempo proclamaremos que nuestra primera investigación de la década y la más urgente debe incumbir a la naturaleza de la asociación.

Así pues, anunciamos nuestra intención de resucitar y mezclar la Pantarquía Universal y el Falansterio Norteamericano, las manifestaciones locales (en la zona de Nueva York) de los sistemas de Andrews y de Fourier. La nueva Pantarquía Universal y el nuevo Falansterio Norteamericano (UP/NAP) será primero una sociedad de evaluación y de investigación (¡más excéntricos al viejo estilo del siglo XIX para venerar e imitar!), pero también, y quizás y más importante, el hecho de que puede convertirse en un núcleo de asociación. Planeamos hacer excursiones a los lugares originales de Modern Times y del Falansterio; pretendemos resucitar la tradición fourierista de los banquetes; pensamos construir una capilla en honor a Fourier y al Pantarca; ¡puede que incluso lleguemos lo suficientemente lejos como para crear otro boletín de noticias!

Y quizás nuestra investigación lleve realmente hacia experimentos más lejanos en el futuro sobre la creación de zonas temporalmente autónomas, tiempo y espacios libres excavados en las murallas de Babilonia —autonomía creativa y camaradería en las zonas prohibidas donde el poder habrá desaparecido— y, ¿quién sabe?, Puede que incluso en nuestras vidas…

«¿Un excéntrico? Sí, soy un excéntrico: ¡un pequeño mecanismo que causa revoluciones!»
E. F. Schumacher

¡Larga vida a la Soberanía del Individuo! ¡Larga vida a la Pantarquía! ¡Larga vida a la Armonía!

Hakim Bey

Nueva York, 7 de abril (cumpleaños de Fourier) 1991 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

TALLER DE LECTURES LLIBERTÀRIES 2016: HAKIM BEY, MURRAY BOOKCHIN, TAKIS FOTOPOULOS, TIQQUN / EL COMITÉ INVISIBLE I COLIN WARD


Benvolguts i benvolgudes, us recordem que aquest 2016 teniu la possibilitat de participar en el 
Taller de lectures llibertàries
 seguint la línia d'anteriors cicles com 

La inscripció és gratuita
(i ens agradaria que us inscriviu 
per així fer-vos arribar textos 
dels pensadors proposats)

gtterrassacultura@gmail.com


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 Taller de lectures llibertàries


Dimarts 19 de gener de 2016, a les 19:00h
«Hakim Bey», a càrrec de Josep Maria Casasús

Dimarts 26 de gener de 2016, a les 19:00h
«Murray Bookchin», a càrrec d'Àlex Alfaro Blanco

Dimarts 2 de febrer de 2016, a les 19:00h
«Takis Fotopoulos», a càrrec del Grup de Reflexió per a l'Autonomia

Dimarts 9 de febrer de 2016, a les 19:00h 
«Tiqqun / El Comité Invisible», a càrrec de Josep Maria Casasús i Joan Tiqqun

Dimarts 16 de febrer de 2016, a les 19:00h
«Colin Ward», a càrrec de Jordi Martí Font


Amics de les Arts i Joventuts Musicals
Carrer de Sant Pere, 46, primera planta - Terrassa


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Hakim Bey és el pseudònim de Peter Lamborn Wilson (Nova York, 1945), un escriptor, assagista i poeta nord-americà que es descriu a si mateix com "anarquista ontològic" i místic sufí. A la fi dels anys 60 visita el Marroc, l'Índia i Iran, on va viure fins a 1979. Hakim Bey ha estudiat el comportament de societats secretes xineses, els hackers i els pirates utopistes, i els costums i els teatres rituals dels xamans, la música "màgica" dels pobles primitius, l'art i l'economia del paleolític. 

Es va fer famós el 1990 amb la seva obra Zona temporalment autònoma. Se l'associa amb el situacionisme i les tendències anarquistes de post-esquerra i anarcoindividualistes, tot i que també se sap que té molta simpatia cap a la Industrial Workers of the World (organització sindicalista revolucionària).

Els textos de Hakim Bey es caracteritzen per tractar de reactualitzar formes i conceptes de realitats socials de diversos llocs del globus en els quals s'expressa una lògica llibertària de relacions humanes. Així mateix, són constants les referències a idees religioses no tradicionals que expressen sentits d'autorealització en formes llibertàries. 

L'anarquisme ontològic és una forma d'encarar la realitat on no es necessiten teories que tanquin en si mateixes, sinó accions que tendeixen a despullar l'home de preconceptes moderns. És un desafiament obert a la societat actual, on el Jo és posat a prova, per veure si és capaç de qüestionar certs comportaments i pensaments que es manifesten mecànicament i que cal rebutjar com totes les convencions de tota societat organitzada entorn a il·lusions.

Murray Bookchin (Nova York, 1921 - Burlington, EUA, 2006). Historiador, professor universitari, investigador, ideòleg i activista ecologista nord-americà, fundador de l'ecologia social (ecoanarquisme) i un dels pioners del moviment ecologista. Va ser  autor d'una extensa col·lecció de llibres sobre història, política, filosofia, assumptes urbanístics i ecologia. Ideològicament Bookchin va evolucionar des d'un marxisme tradicional cap al socialisme llibertari, en la tradició anarquista de Kropotkin.

La seva integració de les tradicions descentralitzadores, no jeràrquiques i populars, amb l'ecologia, des de la perspectiva filosòfica llibertària, en els anys 50 i 60 del segle XX, massa innovadora en aquells temps, ha penetrat posteriorment en la consciència dels nostres temps. 

Una de les seves propostes més recents va ser el que va anomenar municipalisme llibertari, basada en la recuperació de les assemblees populars i la democràcia directa a nivell municipal, de veïnatge i de barri. Per evitar que això conduís  a les ciutats  a una mena de provincianisme, va proposar un confederalisme cívic i, també, una economia municipalitzada, per oposició al sistema capitalista i a l'economia estatitzada marxista.

Takis Fotopoulos (Illa de Quios, Grècia, 1940). És un filòsof polític, economista i activista social; fundador del projecte i el moviment per a una "democràcia inclusiva", que representa una síntesi de la democràcia clàssica i el socialisme llibertari juntament amb les corrent radicals en els nous moviments socials (ecologistes, feministes etc.). 

El punt de partida del treball de Fotopoulos és que el món s'enfronta a una crisi multidimensional (econòmica, ecològica, social, cultural i política), causada per la concentració de poder en mans de diverses elits, com a resultat de l'establiment, des de fa dos segles, del sistema de l'economia de mercat, la "democràcia" representativa i les formes relacionades d'estructures jeràrquiques. Caldrà crear doncs la creació les condicions per a la distribució igualitària del poder entre tota la ciutadania. Fotopoulos proposa estratègies que impliquen la creació d'estructures econòmiques, polítiques i socials que assegurin la democràcia directa, la democràcia econòmica, la democràcia ecològica i la democràcia en l'àmbit social. 

Tiqqun és el nom d'una publicació francesa sobre filosofia, fundada el 1991 amb la finalitat de "recrear les condicions d'una altra comunitat". La posició de Tiqqun es concretava en una doble secessió: en primer lloc, secessió del procés d'explotació social (el món de la mercaderia autoritària o imperi); i després, secessió de tota l'esterilitat que es deriva d'una simple oposició a l'imperi, fins i tot de l'extra-parlamentària, secessió doncs de l'esquerra. 

El Comitè Invisible és una tendència relacionada amb els anònims redactors de Tiqqun i seguida per una constel·lació difusa de grups, xarxes i persones que han triat una posició subversiva basada en la formació de comunes, o grups d'afinitat, en una xarxa de treball secreta que construirà les seves forces fora de la política convencional, i actuarà en moments de crisi política, social o ambiental per impulsar una revolució anticapitalista. La insurrecció imaginada pel Comitè Invisible girarà al voltant de "l'apropiació local del poder per la gent, el bloqueig físic de l'economia i l'anulació de les forces repressives".

Colin Ward (Regne Unit, 1924-2010). Entre 1961-1970, Colin Ward va editar Anarchy, segurament la revista teòrica anarquista més interessant de les publicades al Regne Unit. A través de la revista, Colin va madurar les idees que culminarien en el seu llibre Anarchy in action (1973). "Anarquia", per a Colin Ward, és simplement qualsevol espai social en què les tècniques de mutualitat i solidaritat predominen, qualsevol espai social en el qual la gent entra (i surt) lliurement i on es relacionen com a iguals per fer alguna cosa creativa, resoldre un problema, satisfer una necessitat o només gaudir de la creativitat en si mateixa.

Ward va defensar la teoria de l'ordre espontani, segons la qual, donada una necessitat comú, un conjunt de persones desenvoluparà, per assaig i error, per improvisació i experimentació, un ordre a partir d'una situació concreta, ordre que resultarà més durador i més proper a les seves necessitats que el que pugui proposar qualsevol autoritat externa. 





martes, 29 de diciembre de 2015

HAKIM BEY: «ANARQUÍA POSANARQUISMO / POST-ANARCHISM ANARCHY»




ANARQUÍA POSANARQUISMO

La Asociación de la Anarquía Ontológica se reúne en cónclave, turbantes negros y túnicas brillantes, tumbados sobre alfombras de Shiraz, sorbiendo café amargo, fumando de largos chibouks y sibsi.

Pregunta: ¿Cuál es nuestra posición respecto a todos los recientes abandonos y deserciones del anarquismo (especialmente en tierras de California): ¿Condenar o condonar? ¿Purgarlos o ensalzarlos como vanguardia? ¿Considerarlos élite gnóstica… o traidores?

De hecho, sentimos mucha simpatía por estos desertores y por sus diversas críticas del anarquismo. Como Simbad con el   horrible Viejo del Mar, el anarquismo se tambalea con el cadáver de un mártir mágicamente enganchado sobre sus hombros; hechizado por el legado del fracaso y el masoquismo revolucionarios: agua estancada de la historia perdida.

Entre el pasado trágico y el futuro imposible, al anarquismo parece faltarle un presente; como temeroso de preguntarse a sí mismo, aquí y ahora, ¿Cuáles son mis verdaderos deseos? ¿Y qué puedo hacer antes de que sea demasiado tarde?…

Sí, imagínate a ti mismo cara a cara con un brujo que te mira hostil y pregunta: «¿Cuál es tu verdadero deseo?» ¿Vacilas, balbuceas, te refugias en tópicos ideológicos? ¿Posees tanto imaginación como voluntad, eres capaz de soñar y atreverte, o eres el pariente de una fantasía impotente?

Mírate en el espejo e inténtalo… (ya que una de tus máscaras es la cara de un brujo)…

El movimiento anarquista apenas acoge hoy en día a ningún negro, gitano, nativo americano o niño… a pesar de que incluso en teoría son grupos tan genuinamente oprimidos los que han de beneficiarse al máximo de cualquier revuelta antiautoritaria. ¿No será que el anarquismo no ofrece programas concretos con los que los verdaderamente desposeídos puedan realizar (o al menos luchar de una manera realista para realizar) sus verdaderos deseos y necesidades?

Si es así, entonces este fracaso no sólo explicaría la falta de atractivo que el anarquismo tiene para los pobres y los marginados, sino también el desafecto y las deserciones de entre sus propias filas. Las manifestaciones, piquetes y reimpresiones de los clásicos del siglo XIX no contribuyen a una conspiración vital y atrevida para autoliberación. Si el movimiento ha de crecer en vez de encogerse, habrá que tirar por la borda un montón de madera muerta y abrazar unas cuantas ideas arriesgadas.

El potencial existe. En cualquier momento, un gran número de individuos se va a dar cuenta de que les están forzando a tragar una carretada de aburrida mierda histérica y reaccionaria con saborizante artificial. Vastos coros de gruñidos, gemidos, vómitos y nauseas… las turbas iracundas deambulan por los supermercados, destrozando y saqueando… La Bandera Negra podría servir de foco a la indignación y canalizarla hacia una sublevación de la imaginación. Podríamos recoger la lucha donde la dejaron el situacionismo en el 68 y los autonomosa en los setenta, y llevarla a su siguiente fase. La revuelta podría darse en nuestros tiempos; y en el proceso, muchos de nuestros verdaderos deseos podrían verse realizados, bien sólo sea por una temporada, una breve utopía pirata, una zona libre plegada en el viejo continuum del espacio-tiempo.

Si la AAO retiene su afiliación con el movimiento, no sólo lo hace a cuenta de una predilección romántica por las causas perdidas; o no del todo, al menos. De todos los sistemas políticos, el anarquismo (a pesar de todos sus defectos, y precisamente porque no es ni político ni sistema) se aproxima más a nuestra concepción de la realidad, de la ontología, de la naturaleza del ser. Y en cuanto a los desertores… estamos de acuerdo con sus críticas, pero también advertimos que no parecen ofrecer nuevas alternativas potentes. Así es que de momento preferimos concentrarnos en transformar el anarquismo desde dentro.

Aquí está nuestro programa, camaradas:
  1. Trabaja en la conciencia de que el racismo psíquico ha reemplazado a la discriminación abierta como uno de los aspectos más repugnantes de nuestra sociedad. Participa de manera imaginativa en otras culturas, especialmente en aquellas con las que convivimos.
  2. Abandona toda pureza ideológica. Abraza el anarquismo de «tipo 3» (por usar el término al uso de Bob Black): ni colectivista ni individualista. Limpia el templo de vanos ídolos, desembarázate del Viejo Horrible, de las reliquias y de los martirologios.
  3. El movimiento antitrabajo o Trabajo Cero es extremadamente importante, incluyendo un ataque radical y quizás violento contra la educación y la servidumbre de los niños.
  4. Desarrolla una trama nacional de samizdat, sustituye las tácticas caducas de publicaciones/propaganda. Utiliza la pornografía y el entretenimiento popular como vehículos de una reeducación radical.
  5. En música la hegemonía del compás 2/4 y del 4/4 ha de ser derrocada. Necesitamos una nueva música, totalmente disparatada pero afirmadora de la vida, potente pero rítmicamente sutil, y la necesitamos ya.
  6. El anarquismo tiene que destetarse del materialismo evangélico y del banal cientifismo bidimensional del siglo XIX. «Los estados más elevados de conciencia» no son meros fantasmas inventados por sacerdotes malvados. El oriente, lo oculto, las culturas tribales poseen técnicas que pueden ser asimiladas de manera verdaderamente anarquista. Sin «los estados más elevados de conciencia», el anarquismo se consume y seca en una forma de mezquindad, en un quejoso lamento. Necesitamos un tipo práctico de anarquismo místico, exento de toda la mierda y el relumbrón new age, e inexorablemente herético y anticlerical; ávido de todas las nuevas tecnologías de conciencia y metanoia; una democratización del chamanismo, ebria y serena.
  7. La sexualidad está bajo asalto, obviamente desde la derecha, más sutilmente desde la pseudovanguardia de «la postsexualidad», e incluso aún mas sutilmente desde su recuperación espectacular en los media y la publicidad. Es el momento adecuado para un avance más amplio en la conciencia SexPol, una reafirmación explosiva del eros polimorfo (incluso y especialmente frente a la plaga y la penumbra) una glorificación literal de los sentidos, una doctrina del gozo. Abandona toda vergüenza y todo odio por el mundo.
  8. Ensaya nuevas tácticas para reemplazar el caduco equipaje de la izquierda. Enfatiza los beneficios prácticos, materiales y personales de la creación de tramas radicales. Los tiempos no se muestran propicios para la violencia o la combatividad, pero con toda seguridad un poco de sabotaje y de disrupción imaginativa nunca están fuera de lugar. Trama y conspira, no despotriques y te lamentes. El mundo del arte en particular se merece una buena dosis de «terrorismo poético».
  9. La desespacialización de la sociedad postindustrial facilita ciertas ventajas (por ejemplo, la creación de tramas digitales), pero puede también manifestarse como una forma de opresión (falta de hogar, desarrollismo, despersonalización de la arquitectura, devastación de la naturaleza, etc.) Las comunas de los sesenta intentaron dar un rodeo a estas fuerzas, pero fracasaron. La cuestión de la tierra se niega a desaparecer. ¿Cómo podemos separar el concepto de espacio de los mecanismos de control? Los gángsters territoriales, las Naciones Estado, han metido mano al mapa entero. ¿Quién habrá de inventarnos una cartografía de la autonomía, quien puede dibujar un mapa que incluya nuestros deseos?


El anarquismo implica en última instancia anarquía: y la anarquía es Caos. El Caos es el principio de la creación continua… y el Caos nunca murió.

Sesión plenaria de la AAO, marzo del 87, NYC


Post-Anarchism Anarchy

The Association for Ontological Anarchy gathers in conclave, black turbans & shimmering robes, sprawled on shirazi carpets sipping bitter coffee, smoking long chibouk & sibsi. Question: What’s our position on all these recent defections & desertions from anarchism (esp. in California-Land): condemn or condone? Purge them or hail them as advance-guard? Gnostic elite... or traitors?

Actually, we have a lot of sympathy for the deserters & their various critiques of anarchism. Like Sinbad & the Horrible Old Man, anarchism staggers around with the corpse of a Martyr magically stuck to its shoulders — haunted by the legacy of failure & revolutionary masochism — stagnant backwater of lost history.

Between tragic Past & impossible Future, anarchism seems to lack a Present — as if afraid to ask itself, here & now, what are my true desires? — & what can I do before it’s too late ?... Yes, imagine yourself confronted by a sorcerer who stares you down balefully & demands, “What is your True Desire?” Do you hem & haw, stammer, take refuge in ideological platitudes? Do you possess both Imagination & Will, can you both dream & dare — or are you the dupe of an impotent fantasy?

Look in the mirror & try it...(for one of your masks is the face of a sorcerer)...

The anarchist “movement” today contains virtually no Blacks, Hispanics, Native Americans or children... even tho in theory such genuinely oppressed groups stand to gain the most from any anti-authoritarian revolt. Might it be that anarchism offers no concrete program whereby the truly deprived might fulfill (or at least struggle realistically to fulfill) real needs & desires?

If so, then this failure would explain not only anarchism’s lack of appeal to the poor & marginal, but also the disaffection & desertions from within its own ranks. Demos, picket-lines & reprints of 19th century classics don’t add up to a vital, daring conspiracy of self-liberation. If the movement is to grow rather than shrink, a lot of deadwood will have to be jettisoned & some risky ideas embraced.

The potential exists. Any day now, vast numbers of americans are going to realize they’re being force-fed a load of reactionary boring hysterical artificially-flavored crap. Vast chorus of groans, puking & retching... angry mobs roam the malls, smashing & looting... etc., etc. The Black Banner could provide a focus for the outrage & channel it into an insurrection of the Imagination. We could pick up the struggle where it was dropped by Situationism in ’68 & Autonomia in the seventies, & carry it to the next stage. We could have revolt in our times — & in the process, we could realize many of our True Desires, even if only for a season, a brief Pirate Utopia, a warped free-zone in the old Space/Time continuum.

If the A.O.A. retains its affiliation with the “movement,” we do so not merely out of a romantic predilection for lost causes — or not entirely. Of all “political systems,” anarchism (despite its flaws, & precisely because it is neither political nor a system) comes closest to our understanding of reality, ontology, the nature of being. As for the deserters... we agree with their critiques, but note that they seem to offer no new powerful alternatives. So for the time being we prefer to concentrate on changing anarchism from within.

Here’s our program, comrades:
  1. Work on the realization that psychic racism has replaced overt discrimination as one of the most disgusting aspects of our society. Imaginative participation in other cultures, esp. those we live with.
  2. Abandon all ideological purity. Embrace “Type-3” anarchism (to use Bob Black’s pro-tem slogan): neither collectivist nor individualist. Cleanse the temple of vain idols, get rid of the Horrible Old Men, the relics & martyrologies.
  3. Anti-work or “Zerowork” movement extremely important, including a radical & perhaps violent attack on Education & the serfdom of children.
  4. Develop american samizdat network, replace outdated publishing/propaganda tactics. Pornography & popular entertainment as vehicles for radical re-education.
  5. In music the hegemony of the 2/4 & 4/4 beat must be overthrown. We need a new music, totally insane but life-affirming, rhythmically subtle yet powerful, & we need it now.
  6. Anarchism must wean itself away from evangelical materialism & banal 2-dimensional 19th century scientism. “Higher states of consciousness” are not mere spooks invented by evil priests. The orient, the occult, the tribal cultures possess techniques which can be “appropriated” in true anarchist fashion. Without “higher states of consciousness,” anarchism ends & dries itself up into a form of misery, a whining complaint. We need a practical kind of “mystical anarchism,” devoid of all New Age shit-&-shinola, & inexorably heretical & anti-clerical; avid for all new technologies of consciousness & metanoia — a democratization of shamanism, intoxicated & serene.
  7. Sexuality is under assault, obviously from the Right, more subtly from the avant-pseud “post-sexuality” movement, & even more subtly by Spectacular Recuperation in media & advertising. Time for a major step forward in SexPol awareness, an explosive reaffirmation of the polymorphic eros — (even & especially in the face of plague & gloom) — a literal glorification of the senses, a doctrine of delight. Abandon all world-hatred & shame.
  8. Experiment with new tactics to replace the outdated baggage of Leftism. Emphasize practical, material & personal benefits of radical networking. The times do not appear propitious for violence or militancy, but surely a bit of sabotage & imaginative disruption is never out of place. Plot & conspire, don’t bitch & moan. The Art World in particular deserves a dose of “Poetic Terrorism.”
  9. The despatialization of post-Industrial society provides some benefits (e. g. computer networking) but can also manifest as a form of oppression (homelessness, gentrification, architectural depersonalization, the erasure of Nature, etc.) The communes of the sixties tried to circumvent these forces but failed. The question of land refuses to go away. How can we separate the concept of space from the mechanisms of control? The territorial gangsters, the Nation/States, have hogged the entire map. Who can invent for us a cartography of autonomy, who can draw a map that includes our desires?


Anarchism ultimately implies anarchy — & anarchy is chaos. Chaos is the principle of continual creation...& Chaos never died.

— A.O.A. Plenary Session, March ’87, NYC


martes, 15 de diciembre de 2015

MURRAY BOOKCHIN: «NOSOTROS LOS VERDES, NOSOTROS LOS ANARQUISTAS» (1987)



Nosotros los verdes, 
nosotros los anarquistas

Hoy en día nuestra relación con el mundo natural está atravesando una fase crítica que no tiene precedente en la historia de la especie humana. Recientes estudios sobre el Efecto Invernadero realizados en los Estados Unidos, demuestran que tenemos que encontrar desde ahora la manera de hacer disminuir el porcentaje de monóxido de carbono presente en la atmósfera en la cual vivimos. En caso contrario, no solamente se presentarán graves mutaciones químicas, sino que la misma sobrevivencia de la especie humana estará en grave peligro.

No se trata nada más de un problema de contaminación por los venenos con los cuales nos alimentamos. La alteración de los grandes ciclos geoquímicos podría poner fin a la vida humana sobre este planeta. Por mi parte estoy consciente de la necesidad de reaccionar inmediatamente para contrarrestar los procesos que están dañando la tierra. Soy totalmente solidario de muchos de los grupos ambientalistas, y en los últimos 30 años he estado involucrado cotidianamente en actividades para la defensa del ambiente: contra las centrales nucleares, contra la construcción de nuevas carreteras, contra la destrucción del suelo y el uso incontrolado de pesticidas y de biocidas, y por la promoción del reciclaje y de un crecimiento cualitativo y no sólo cuantitativo.

Estos problemas ambientales me han preocupado por años y por décadas, tanto como hoy en día me siguen preocupando. Estoy de acuerdo con ustedes sobre la necesidad de bloquear los reactores nucleares y de poner fin a la contaminación de la atmósfera, de las tierras agrícolas, de los cultivos, o sea de liberarnos de los venenos que se están difundiendo sobre todo el planeta y que ponen en peligro a nuestra especie y a toda la vida. Comparto con ustedes todo esto, pero me gustaría que fuéramos un poquito más allá con nuestros planteamientos.

De hecho pienso que es esencial el empujar siempre más allá de nuestro cuestionamiento, porque no podemos seguir poniendo más parches aquí y allá que no resuelvan los verdaderos problemas. Posiblemente logremos un día hacer cerrar una fábrica que inquina la atmósfera. Pero al final, ¿qué logramos?: una nueva central nuclear. Vivimos en un mundo basado en el intercambio de contrapartidas, y nos seguimos comportando de acuerdo a esas leyes. Definitivamente, pasando de un mal mayor a un mal menor y de un mal a otro mal, seguimos empeorando la situación general. No se trata sólo de una cuestión de plantas para la producción de energía, por más importantes que éstas sean; ni tampoco el problema de los gases contaminantes; tampoco el problema está en los daños que causamos a la agricultura, o el congestionamiento y la contaminación de los centros urbanos.

El problema es otro más grave: estamos simplificando el planeta. Estamos disolviendo los ecosistemas que se formaron en millares de años. Estamos destruyendo las cadenas alimenticias. Estamos rompiendo las ligas naturales y llevando al reloj evolutivo a un atraso de millones de años en el tiempo. a las épocas en las que el mundo era mucho más simple y no se encontraba en la posibilidad de sostener la vida humana.


Una visión del mundo más coherente

No se trata nada más de tecnología, aún si el control tecnológico es muy importante. Es claro que necesitamos una tecnología nueva. Necesitamos una tecnología basada en la energía solar y en la eólica, y necesitamos nuevas formas de agricultura. Sobre esto, no hay dudas, estamos todos de acuerdo. Pero existen problemas de fondo mucho más graves que aquellos creados por la tecnología y el desarrollo moderno. Tenemos que buscarlos en las raíces mismas del desarrollo. Y primero que nada tenemos que buscarlos en los orígenes de una economía basada sobre el concepto de crecimiento: la economía de mercado; una economía que promueve la competencia y no la colaboración, que se basa en la explotación y no en el vivir en armonía. Y cuando digo vivir en armonía entiendo no solamente el hacerlo con la naturaleza, sino entre la misma gente.

Tenemos que empujar hacia la construcción de una sociedad ecológica que cambie completamente, que transforme radicalmente nuestras relaciones básicas. Mientras que vivamos en una sociedad que marcha hacia la conquista, al poder, fundada en la jerarquía y en la dominación, no haremos nada más que empeorar el problema ecológico, independientemente de las concesiones y pequeñas victorias que logremos ganar. Por ejemplo, en California, nos han donado algunas hectáreas de árboles, y luego han talado bosques completos. En Europa están haciendo la misma cosa.

Prometen acabar con las lluvias ácidas, y las lluvias ácidas siguen cayendo. Deciden poner en el mercado alimentos naturales, no contaminados por los pesticidas, y efectivamente el porcentaje de veneno disminuye, pero lo poco que queda está constituido por los venenos más peligrosos para el organismo.

Nuestro problema no es solamente de mejorar el ambiente, o de parar las centrales nucleares, de bloquear la construcción de nuevas carreteras, o la construcción, expansión y sobrepoblación en las ciudades, la contaminación del aire, del agua y de los alimentos. La cuestión que tenemos que enfrentar es mucho más profunda.

Tenemos que llegar a una visión del mundo mucho más coherente. No tenemos que ponernos a proteger los pájaros olvidándonos de las centrales nucleares, y tampoco luchar contra las centrales nucleares olvidándonos de los pájaros y de la agricultura. Tenemos que llegar a comprender los mecanismos sociales y hacerlo de una manera coherente.

Tenemos que enfocarlos en una visión coherente, una lógica que prevé a largo plazo una transformación radical de la sociedad y de nuestra misma sensibilidad. Hasta que esta transformación radical no empiece, lograremos cosas pequeñas, de poca importancia. Venceremos algunas batallas pero perderemos la guerra, mejoraremos algo, pero no obtendremos ninguna victoria. Hoy en día vivimos el momento culminante de una crisis ambiental que amenaza nuestra misma sobrevivencia, tenemos que avanzar hacia una transformación radical, basada en una visión coherente que englobe todos los problemas. Las causas de la crisis tienen que aparecer claras y lógicas de manera que todos —nosotros incluidos— las podamos entender. En otras palabras, todos los problemas ecológicos y ambientales son problemas sociales, que tienen que ver fundamentalmente con una mentalidad y un sistema de relaciones sociales basadas en la dominación y en las jerarquías. Estos son los problemas que nos ofrece hoy en día la gran difusión de la cultura tecnológica.


Ningún regalo de parte del Estado

¡Qué tienen que hacer entonces los Verdes? Primero que todo tenemos que clarificarnos las ideas. Tenemos que evidenciar las relaciones existentes entre los problemas ecológicos y los problemas sociales.

Tenemos que demostrar que una sociedad basada en la economía de mercado, en la explotación de la naturaleza y en la competencia acabará por destruir al planeta. Tenemos que hacer lo posible para que la gente entienda que si queremos resolver de una vez por todas nuestros problemas con la naturaleza, tenemos que preocuparnos de las relaciones sociales. La gente tiene que entender que todo tiene que unificarse en una visión del mundo coherente, en una visión basada en un análisis, en una crítica, y en soluciones de nivel político, personal e histórico.

Esto significa, dar otra vez la fuerza al pueblo. Tenemos que crear una cultura política con una visión libertaria y no limitarnos a un proyecto, que el Estado ejecuta. Tenemos que crear una literatura política, una cultura política que lleve a la gente a participar, liberándose, autónomamente, de este tipo de economía, de sociedad y de sensibilidad.

En el movimiento feminista, se empieza a discutir el tema de la dominación del hombre sobre la mujer empezando por la misma estructura de la familia. En los movimientos comunitarios, se habla de necesidades a escala humana y de dar fuerza a los barrios, a las comunidades, a las regiones.

Estos son los argumentos más importantes que se discuten en los Estados Unidos. En relación con la tecnología, no tenemos que preocuparnos solamente con que ésta sea más eficiente y renovable, tenemos que inventar una tecnología creativa, que no sólo lleva consigo un trabajo más creativo, sino que contribuya a mejorar el mundo natural al mismo tiempo que mejora el modo y la calidad de nuestras vidas.

Pero todo esto no nos llegará desde arriba. No puede ser un regalo que el Estado nos haga. No puede traducirse en una ley salpicada por un Parlamento. Tiene que ser el fruto de una cultura popular, de una cultura política y ecológica difundida por el pueblo. Entonces no tendremos mas que elaborar estrategias para cambiar la sociedad, usando las varias organizaciones existentes. Tenemos que elaborar estrategias libertarias que conduzcan al pueblo, a la gente, a participar en el proceso de transformación social, porque si no es la gente la que quiere cambiar la sociedad, entonces no se efectuará en ella ningún cambio real ni radical.

Cuando hablamos de Ecología, hablamos de participación en el mundo natural. Decimos que nosotros, como seres humanos, compartimos la esfera de la vida juntos, con todos los demás seres vivos, y con ello buscamos aplicar un sistema de relaciones que nos haga partícipes del ecosistema.

Pero yo les pregunto, queridos amigos, si queremos ser Verdes, si queremos reverdecer al planeta:

¿Cómo podemos hacerlo sin reverdecer a la sociedad misma? Y si queremos reverdecer a la sociedad: ¡Cómo podemos pensar en una participación del mundo natural que no tome en consideración la participación popular en la vida social? Si nada más queremos conquistar el poder para cambiar a la sociedad, les garantizo que vamos a perder. Y no solamente porque algunos de nosotros, con toda la buena fe del mundo, acabaríamos con ser condicionados por el poder, emotiva y psicológicamente. Esto ya les pasó a algunos de mis mejores amigos entre los Verdes Alemanes, que con buenas intenciones y con buena fe se encontraron en el Parlamento buscando hacer coaliciones, hacer alianzas, y usar el poder desde arriba. De alguna manera ellos también se volvieron líderes espirituales aspirantes al poder. Ahora razonan en términos de males menores, de un mal siempre menor que, al final, los llevará al peor de todos los males. Esto es lo que la historia nos ha enseñado siempre.


Verde profundo

Ya es tiempo que nosotros los Verdes propongamos una visión libertaria, una visión anarquista que lleve a la gente hacia un movimiento Verde, que pueda ser un movimiento Verde en el sentido más profundo del término. Un movimiento Verde en el cual no nos limitemos a llevar adelante un proyecto coherente y que unifique todos los problemas en un programa y análisis comunes, sino en un movimiento en el cual la gente sea la primera protagonista de su historia. Tenemos que apoyar la creación de una sociedad libertaria: ecolibertaria. Esto es lo que nos enseñaron las experiencias alemanas y de los Estados Unidos, algunos movimientos han buscado perseguir objetivos Verdes actuando desde arriba a través de las leyes, y siempre han tenido que ceder. abandonar una posición detrás de otra.

Con esto no quiero decir que no tenemos que empeñarnos en llevar a cabo cambios que puedan atrasar o bloquear la disgregación de la sociedad actual y del mundo natural. Ya sé que no tenemos mucho tiempo a nuestra disposición. Los problemas son reales e involucran también a las dos generaciones siguientes, y quizás ni siquiera las dos próximas generaciones sean decisivas por lo que respecta a la sobrevivencia de nuestra especie y la conservación de nuestro habitat y de nuestro planeta. De todas formas, si no podemos dar a la gente una imagen unitaria, una visión práctica y ética al mismo tiempo y que cuestione su sensibilidad, entonces, ¿saben ustedes quién tomará el poder en este caos?: la derecha, los reaccionarios.

Hoy en América, la derecha se califica a sí misma como la mayoría moral, y dice: «Devolvamos su significado a la vida. Devolvamos su significado a las relaciones humanas». Y, por mala suerte, lo que queda de la izquierda americana, no hace otra cosa que hablar de progreso de centralizar y de todas las mismas cosas que el socialismo repite desde hace 150 años.

Primero tenemos que recuperar aquel terreno sobre el que la gente está buscando la verdad, y no tan sólo la sobrevivencia: una manera de vivir que hable de calidad y no sólo de cantidad. Tenemos que difundir un mensaje coherente para todos, un mensaje que sea para la base de la sociedad, que la haga partícipe, que enseñe qué significa el ser ciudadanos y el decidir autónomamente. En otras palabras, tenemos que elaborar una nueva política, una política Verde que reemplace a la vieja política autoritaria y centralista, basada en las estructuras de los partidos y en la burocracia. Esto es lo más importante que tenemos que aprender. Si no lo logramos, los movimientos verdes serán absorbidos poco a poco por los movimientos tradicionales. El objetivo principal se disolverá frente a los pequeños objetivos a corto plazo y vencimiento.

Los compromisos sobre males menores nos llevarán siempre a males peores. La gente dirá: «¿Qué es esto? ¿La misma política de siempre? ¿La misma burocracia de siempre? ¿El mismo parlamentarismo que siempre hemos tenido? ¿Por qué tendría yo que votar verde? ¿Por qué tendría que darle fuerza a los verdes? ¿Por qué no tendría que seguir apoyando a la democracia cristiana, o al partido comunista, o a cualquier otro partido que garantiza resultados inmediatos, y satisfacciones inmediatas?…». Nuestra responsabilidad de Verdes de Europa —como en América— en Alemania, como en tantas partes del mundo, y sobre todo en Italia, ya que ustedes están apenas empezando ahora, es de aprender de lo que está ocurriendo en los movimientos verdes desde hace 5 a 10 años.

Tenemos que darnos cuenta que hay que sustituir la vieja política tradicional de los partidos, con una política verde. Que hay que poner energía a nivel de base en las comunidades, que hay que elaborar análisis que vayan más allá del puro ambientalismo y de los otros problemas importantes a los cuales nos dedicamos cotidianamente (pesticidas, energía nuclear, Chernobyl).

Tenemos que darnos cuenta que esta sociedad no es solamente dura e insensible, sino que sus mismas leyes prevén su propia destrucción, la destrucción del planeta y la de las bases para la sobrevivencia humana. Tenemos que proponer nuevas alternativas, nuevas instituciones fundadas en una democracia local, en la participación local, que pueda constituir un nuevo poder contra el Estado centralizado, que pueda constituir un nuevo sistema de relaciones sociales, en el cual un número cada vez mayor de personas, tome parte activa en una política realmente libertaria. Esta es nuestra única alternativa para evitar caer en la misma política de partido, corrupta y rebasada, que vuelve a las personas cínicas, indiferentes, siempre más encerradas en sus propias esferas privadas.


Un momento de transición

Déjenme concluir con una última consideración de importancia. No solamente estamos luchando para mejorar nuestras relaciones humanas. Como el sistema de mercado, también el sistema capitalistas sigue simplificando no sólo la obra compleja de millones de años, sino también el espíritu humano. Se está simplificando el espíritu mismo de la humanidad, se le está quitando la complejidad y la plenitud que contribuyen a formar personalidades creativas. Entonces, nuestra nueva política no debe tener como único objetivo el de salvar el planeta y crear una sociedad verde, ecológica, de carácter libertario, y una alternativa política a nivel de base. Hay también que ver aún más allá de todo esto: si no se pone un fin a la simplificación del planeta, de la comunidad y de la sociedad, lograrán simplificar al espíritu humano a tal punto (y con basura del tipo de Dallas, de Dinasty y otros programas televisivos) que se acabará hasta con el mismo espíritu de rebeldía, el único capaz de promover un cambio social y un reverdecimiento real del planeta.
Hoy vivimos en un momento de transición, no sólo de una sociedad a otra, sino de una personalidad a otra nueva.


¡Muchas gracias!