sábado, 17 de mayo de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
EL ANARQUISMO COMO CATAPULTA: ENTREVISTA CON TOMÁS IBÁÑEZ
La memoria viva no nació para
ancla. Tiene, más bien, vocación de catapulta”, dice Eduardo Galeano. No
convierte el pasado en un modelo que exige repetición, ni nos aplasta bajo el
peso de referencias en las que debemos reconocernos obligadamente, sino que más
bien acompaña e
inspira las búsquedas del presente.
La vida de Tomás
Ibáñez está marcada por el anarquismo desde su infancia: hijo del exilio
libertario en Francia, participó en los años 60 en los circuitos estudiantiles
anarquistas cuando aún casi nadie en el campo del antagonismo se atrevía a
cuestionar la hegemonía del Partido Comunista. En mayo del 68, integrado en el
Movimiento 22 de Marzo junto a compañeros anarquistas como Daniel Cohn-Bendit o
Jean-Pierre Duteuil, se sumerge en la cotidianeidad de los acontecimientos
hasta que es detenido el 10 de junio y confinado en destierro por su condición
de refugiado político.
En 1973 volvió a
España y participó en los fracasados intentos de reconstrucción de la CNT. Ha
sido catedrático de Psicología Social en el Departament de Psicologia Social de
la Universitat Autònoma de Barcelona hasta su jubilación en el año 2007. Es
autor de numerosos libros
y textos sobre anarquismo, ciencias humanas y, en especial,
psicología social.
Tomás Ibáñez trabaja
desde hace años para que la historia de anarquismo sea memoria viva y no lengua
muerta, catapulta y no ancla. Autor de referencia para las corrientes
libertarias en España y el extranjero, ha enriquecido los planteamientos
anarquistas básicos con las aportaciones del post-estructuralismo francés y,
muy en concreto, de Michel Foucault (no
sin escándalo de los "guardianes del templo" anarquista). Co-fundador
de la revista Archipiélago, en la que trabajamos juntos durante varios años, acaba de publicar en la
editorial Virus Anarquismo es
movimiento, donde se explora la reactualización contemporánea de
ideas y prácticas que algunos relegaron demasiado apresuradamente al museo de
la Historia.
El
virus anarquista
Citas en el libro a Christian Ferrer:
“el anarquismo no se enseña y tampoco se aprende por los libros, sino que se
propaga por contagio, y el contagio las más de las veces es irreversible”. En
tu caso ha sido así, es una historia de fidelidad que dura ya medio siglo.
¿Cuáles fueron tus primeros contactos-contagios con el anarquismo? Creo
recordar que hay historias familiares de por medio, ¿es así?
Tomás
Ibáñez. Sí,
Amador, hay efectivamente historias familiares de por medio y eso explica que
“los contactos” con el anarquismo fuesen muy precoces. En 1947 mi madre, activista de
las juventudes libertarias de Zaragoza, pasó a Francia llevándome en brazos por
una ruta pirenaica, y eso hizo que yo creciera en el cálido ambiente del exilio
libertario. Era un ambiente por donde circulaba una multitud de nostálgicos,
pero esperanzados, relatos de una lucha revolucionaria aún cercana, y donde la
ayuda mutua nunca se hacía esperar. Obviamente, la sensibilidad de un niño no
podía captar que ese ambiente también albergaba luchas fratricidas, rancios
dogmatismos e inevitables miserias, con lo cual la huella que me dejó sólo
podía ser positiva. Ese fue “el contacto”, sin embargo “el contagio” llegaría
más tarde.
¿Cuándo, por dónde?
Tomás
Ibáñez. Mi
temprano activismo anarquista hubiera podido agotarse y extinguirse sin más, de
no haber sido porque en el verano de 1963 arrastré mi saco de dormir hasta el
campamento que organizaba cada año la FIJL (Federación Ibérica de Juventudes
Libertarias). Fue una experiencia inolvidable que abrió de par en par las
puertas, ya definitivamente, al virus del anarquismo. Autoorganización, vida en
común, compañerismo, debates, sentimiento de vivir en otro planeta donde la
igualdad y la libertad se habían hecho realidad, pero también rabia y lucha.
Porque se daba la circunstancia de que la FIJL había emprendido recientemente
un línea de hostigamiento frontal al franquismo y la ejecución a garrote vil de
dos de sus militantes, Francisco Granado y Joaquín Delgado, que preparaban un
atentado contra Franco, cayó en el campamento como una indignante y dolorosa
noticia. Al recoger mi mochila y despedirme de mis compañeros, la idea de
volver a la “normalidad” se me hizo insoportable, en el tren que me devolvía a
casa miraba a los viajeros y me sentía como un absoluto extraño en un mundo que
ya no era el mío.
Por supuesto, soporté
esa “normalidad”, pero el sentimiento de que era intolerable nunca me
abandonaría. Desde entonces estoy convencido de que lo que de verdad deja
huella en las personas y las transforma en profundidad es su inmersión en un
escenario de vida, de experiencias y de lucha que se construye en común y en
unos espacios arrebatados a las reglas de la sociedad instituida.
La “A” dentro de un círculo: el origen
desconocido de un símbolo
Luego te moviste en los
circuitos del anarquismo estudiantil previo a Mayo del 68, ¿qué recuerdos te
vienen de aquella época?
Tomás
Ibáñez. Lo
que evoca en mí, como un primer flash, es la imagen de un inacabable desierto.
Durante mi primer año de universidad, en 1962 cerca de Marsella, me movía en el
potente sindicalismo estudiantil de aquellos años sin conseguir dar con ningún
otro estudiante libertario. Al año siguiente me trasladé a la universidad de
París donde, al inicio del curso, unos estudiantes trotskistas me informaron,
entre risas, que conocían “al otro” estudiante anarquista de la Sorbona y que
podían ponernos en contacto.
A partir de ahí,
pensando que siendo dos ya éramos invencibles removimos cielo y tierra hasta
encontrar a otro par de compañeros… Y así nació en 1963 una exigua coordinación
de estudiantes anarquistas parisinos que tenía nombre de mujer, LEA, que creció
poco a poco y que atraería, algún tiempo más tarde, a estudiantes de la recién
creada universidad de Nanterre, como Daniel Cohn-Bendit o Jean-Pierre Duteuil,
quienes contribuirían a la creación del Movimiento 22 de Marzo que encendió la
mecha de Mayo del 68.
¿Y qué hay de esa historia
que te sitúa en el origen del símbolo anarquista por excelencia, la “A” dentro
de un círculo?
Tomás
Ibáñez. Es
bien cierta, y es una historia muy sencilla. Al llegar a París me hice el
propósito de ayudar al acercamiento entre los diversos grupos y tendencias en
las que se fragmentaba el menguado movimiento anarquista, lo que me llevó a
lanzar iniciativas de coordinación en los sectores más jóvenes. Se me ocurrió
entonces que una forma de propiciar una confluencia consistía en hallar un
denominador común que, al no pertenecer en exclusiva a ninguna de las
organizaciones, pudiera constituir un punto de coincidencia. Se trataba también
de multiplicar la presencia percibida del movimiento anarquista por el simple
hecho de la repetida aparición de ese denominador común en las expresiones
públicas (pasquines, pintadas, etc.) de los diferentes colectivos anarquistas.
Propuse esa idea en
uno de los grupos a los que pertenecía, insistiendo en que debía ser un símbolo
que fuese fácil y rápido de dibujar, y que pudiese evocar el anarquismo de
forma suficientemente directa. La propuesta fue aceptada, nos lanzamos a una
lluvia de ideas y a altas horas de la noche convenimos que una “A” en un
círculo podía ser un buen logo. Fue así como, en abril de 1964, salía a toda
plana en el nº 48 de
nuestro boletín “Jeunes Libertaires”, la primera “A” en un círculo.
Le acompañaba un editorial donde explicaba el sentido de la propuesta y en el
que se invitaba a todos los grupos anarquistas a apropiarse ese símbolo.
Pero ojo, en realidad
sólo habíamos creado una imagen y formulado una propuesta, no habíamos creado
un símbolo. La A en un círculo sólo se convertiría en un símbolo del anarquismo
mediante la acción de miles y miles de manos que la pintaron en las calles del
mundo, se trata pues de una creación colectiva multitudinaria de la que nadie
tiene la paternidad.
Mayo del 68: tecnologías, liderazgos y logros
Y de pronto Mayo del 68.
Hablas de Mayo del 68 como un “regalo”. ¿Por qué un “regalo”? ¿Cuál fue el
contenido del regalo?
Tomás
Ibáñez. Un
auténtico regalo es algo que te ofrecen para darte placer, sin obligación y sin
pedir nada a cambio. Si no lo esperas, si es una sorpresa y si te colma de
satisfacción, el regalo aún se crece más en su condición de “auténtico” regalo.
Eso fue para mí Mayo del 68. En lo inmediato, el contenido del regalo fue la
oportunidad de vivir durante varias semanas un verdadero sueño, de presenciar
unas escenas que usualmente sólo alcanzamos a ver cuándo los sueños nos
transportan lejos de las realidades cotidianas. Y también consistió en
demostrar, fácticamente, que aquello que, increíblemente, estaba ocurriendo era
posible puesto que, precisamente, estaba ocurriendo.
Con posterioridad, el
regalo consistió en dejar un recuerdo que sigue trasladando aquel periodo al presente
como si el tiempo no existiese, sin alterar la intensidad de las vivencias que
allí acontecieron. Y también consistió en arraigar el convencimiento de que si
aquello había ocurrido podía volver a ocurrir, con otros matices, en otros
contextos, pero con las mismas características básicas.
Me gustaría citar aquí
la descripción de la vivencia de Mayo del 68 que hiciste en el número de
Archipiélago que
dedicamos a Mayo del 68:
Un proceso de reacción
en cadena, imparable e imprevisible, que detonaron los estudiantes pero que
alcanzó enseguida al movimiento obrero, desembocando en pocos días en una
huelga general masiva que paralizó durante un mes el país entero. La velocidad
e intensidad de la comunicación entre distintos sujetos fue potentísima.
Pero... ¿dónde estaba Twitter?
Tomás
Ibáñez. Acontecimientos
como los de Mayo del 68 se han producido en otros momentos de la historia,
efervescencias populares que estallan de imprevisto y donde la gente “actúa por
sí misma“ no han esperado al surgimiento de las nuevas tecnologías ni a la
constitución de las redes sociales. Creo, eso sí, que en cada época esas
efervescencias populares, a la vez destructivas y constructivas, han sabido
apropiarse y utilizar las tecnologías existentes, la radio fue importante en
Mayo del 68, y los talleres de serigrafía, entre otras cosas. Sin embargo, en
todas esas situaciones de efervescencia creadora nada puede sustituir la
copresencia física de las personas, los gestos, las voces, las miradas, las
palabras, los roces.
También creo, como lo
explico en mi libro, que las nuevas tecnologías y las redes sociales tienen
unas características que fomentan el proceso de auto-organización de la gente
en situaciones de efervescencia popular, pero no porque se usen con fines y resultados
autorganizativos, sino simplemente porque propician confluencias masivas sin
que exista una estructura previa, un plan preestablecido, una dirección que
ordene y canalice las actividades.
Mientras que el primer
15M se caracterizó por el anonimato (ningún “rostro” en particular se convirtió
en el símbolo de la protesta), hoy se da, en torno a las figuras (tan
distintas) de Ada Colau o Pablo Iglesias, un debate sobre la necesidad o
pertinencia de los liderazgos. Te quería preguntar tu opinión sobre el particular
y sobre el “liderazgo” de Daniel Cohn-Bendit en Mayo del 68, el líder
paradójico de un movimiento que se caracterizaba por su rechazo de la
delegación y la representación. ¿Qué aportaba el lidererazgo de Cohn-Bendit y
qué limitaba?
Tomás
Ibáñez. Los
liderazgos siempre son tanto más peligrosos cuantos más carismáticos, y es
innegable que todo el sistema actual concurre para instituir y potenciar
liderazgos. En la sociedad del espectáculo los rostros venden, y también
tranquilizan cuando sustituyen al anonimato de las efervescencias colectivas.
Ciertamente, los liderazgos ayudan a visualizar los movimientos y a ampliar su
presencia mediática pero el precio a pagar es altísimo. ¿Cuántos líderes
aceptan volver al anonimato antes de que se agoten sus posibilidades de seguir
siendo líder? Ada Colau
constituye sin duda una grata excepción.
El liderazgo en
movimientos basados en la democracia directa constituye una aberración. Daniel
Cohn-Bendit tuvo, indiscutiblemente, un papel de líder, pero era un líder
atípico, no pretendía “representar” al Movimiento del 22 de Marzo que, además,
no tenía cargos ni ningún portavoz oficial permanente y que decidió auto
disolverse al cabo de unos meses. Dany también era atípico porque participaba
políticamente de la idea de que no debía haber líderes, lo que le situaba en
una difícil posición qué chirriaba con sus convicciones y con las de sus
compañeros. Su papel de líder suscitaba críticas internas y se tomaban medidas
para cuestionar ese liderazgo, como por ejemplo convocar ruedas de prensa
utilizando su nombre para que acudieran los medios, pero donde era otro
compañero el que intervenía finalmente, explicando que Cohn-Bendit era un
nombre colectivo (“todos somos Cohn-Bendit”) bajo el cual podía hablar
cualquier miembro del 22 de Marzo.
En algún sitio dices
que no tiene mucho sentido hablar de Mayo del 68 en términos de “éxito” o
“fracaso”, ¿por qué?
Tomás
Ibáñez. No se
puede hablar de éxito o de fracaso porque esos términos sólo se aplican a
acciones intencionadas y Mayo del 68 no fue un proyecto, ni se fraguó para
alcanzar unos objetivos, fue un ”acontecimiento“ en todo el sentido de la
palabra. Ahora bien, los acontecimientos suele tener efectos y producir cosas.
Mayo del 68 fue un acontecimiento de cierta magnitud, objetivable en términos
cuantitativos de participación popular o de duración, etc. Sin embargo, sus
efectos, al igual que ese batir de alas de una mariposa en Australia que
provoca una tormenta en Europa, fueron infinitamente superiores a su magnitud y
aún se manifiestan al cabo de medio siglo. Sencillamente, Mayo del 68 cambió la
cultura política, practicas incluidas, de la disidencia, por una parte, y
muchos de los supuestos culturales de la sociedad por otra parte. En efecto,
las actuales prácticas del antagonismo social popular enlazan en buena medida
con las que alentó Mayo del 68 y el efecto que tuvo sobre los cambios
culturales respecto de la identidad sexual, por ejemplo, son innegables.
Actualidad
del anarquismo: transformar la sociedad sin tomar el poder
¿Qué puede aportar el
anarquismo a los movimientos actuales?
Tomás
Ibáñez. Una
de las claves más interesantes que puede aportar a mi juicio es la relevancia
de “lo prefigurativo” frente a la escisión entre medios y fines típica de la
política clásica. Es un principio básico del anarquismo: no sacrificar ni
supeditar los valores que se defienden en el presente a unas promesas que, por
definición, siempre apuntan al futuro. En cualquier caso, ese futuro que se
anhela debe estar “ya presente” en los pasos que se dan para construirlo, lo
“prefigurativo” no significa otra cosa que esa necesaria presencia.
El anarquismo siempre
ha propuesto una “revolución en el presente” que remite a la desconfianza hacia
cualquier discurso que base su fuerza persuasiva en las promesas que ofrece y a
la prevención hacia cualquier práctica que sólo se oriente a preparar el
futuro. Su ética está atravesada de cabo a rabo por la exigencia de reducir al
máximo la distancia entre lo que se dice y lo que se hace, o entre lo que se
quiere ser y lo que se es.
Otra clave sería
sustituir la idea de “toma del poder” por la de "transformación de la
sociedad”. ¿Te parecen dos términos dicotómicos, vasos comunicantes?
Tomás
Ibáñez. Una
vieja idea anarquista dice que nunca se toma el poder, que el poder siempre te
toma a tí tan pronto como crees haberlo tomado. Agustín García Calvo lo
sintetizaba muy bien cuando declaraba que “el enemigo está inscrito en la forma
misma de sus armas”, tomar sus armas es transformarse ya en el enemigo. Una de
las lecciones básicas del anarquismo pasa por asentar la convicción de que
quizás no haya camino, pero que, en cualquier caso, el camino del poder nunca
puede ser el camino.
La idea de transformar
la sociedad sin tomar el poder, que goza hoy de cierta popularidad, siempre ha
inspirado al anarquismo y, claro, le ha puesto en la delicada situación de
tener que conciliar el sensato posibilismo que exige mejorar lo mejorable o,
también impedir lo peor, y el indispensable radicalismo que apunta hacia la
incongruencia de comprometerse con aquello mismo que se cuestiona. La solución
más satisfactoria siempre ha sido de tipo “indexical”, es decir, hacer una
valoración en función de cada contexto particular, o, dicho de otra forma, no
“escindir” radicalmente los valores de las situaciones en las que intervienen,
lo que no significa, por supuesto, “supeditarlos” a las situaciones, cosa que
nos haría vulnerables a la seducción ejercida por “los atajos del poder”.
Para terminar, Tomás,
¿no crees que muchas veces el anarquismo (como movimiento organizado, como
ideología o como identidad) es el principal enemigo de las ideas/prácticas
anarquistas?
Tomás
Ibáñez. Yo no
diría que “el principal enemigo”, hay muchos otros y mucho más letales,
empezando por la represión, pero sí que el hecho que el anarquismo constituya
unas organizaciones que reproducen inevitablemente las características, más o
menos acentuadas según los casos, de todas las organizaciones (estructuras,
luchas y apetencias de poder, tendencia a convertir la organización en un fin
en sí mismo, patriotismo de organización, etc.), el hecho de que el discurso
anarquista se petrifique en ideología y que el peso de la historia construya
una identidad anarquista enquistada en un patrón fijo e inamovible, no sólo
limita la proliferación del anarquismo encerrándolo en un gueto, sino que
representa, además, cierto cuestionamiento de sus propias premisas.
Por eso es necesario
actuar constantemente para que el anarquismo sea movimiento, para que sus aguas
se mantengan siempre turbulentas y para que no se aparte nunca de una
sensibilidad crítica dirigida, incluso, hacia sí mismo. Si de una cosa estoy
seguro, y puede que sea la única, es que no hay anarquismo más genuino que
aquel que está dispuesto a poner constantemente en peligro sus propios
fundamentos volviendo hacia sí mismo la más irreverente de las miradas críticas.
Entrevista realizada por Amador Fernández-Savater
martes, 6 de mayo de 2014
ENTREVISTA A ERMENGOL GASSIOT, SECRETARI GENERAL DE LA CGT DE CATALUNYA
Ermengol Gasiot (al centre) davant l'Ajuntament de Terrassa l'any 2009 |
Com ja és tradició, hem arribat
al primer de maig amb un imparable augment de l’atur i la pobresa a Catalunya,
on ja són 95.100 les llars que no reben cap tipus d’ingrés. En aquest context,
augmenta el nombre de vagues i la conflictivitat laboral mentre disminueix la
filiació als sindicats majoritaris. Els Governs de CiU i el PP aprofiten per
marejar una població esgotada davant les retallades assenyalant una suposada
recuperació econòmica, i augmenta proporcionalment la repressió als moviments
socials i les nombroses precàries. D’aquestes i altres qüestions ha conversat
La Directa amb Ermengol
Gassiot, professor “retallable” —tal com es defineix— d’Arqueologia a la
UAB i nou Secretari General de la CGT de Catalunya.
Existeixen escletxes per que calin discursos
sobre una suposada recuperació econòmica en un context de continua destrucció
de llocs de treball?
Si els Governs han impulsat aquest aparell
propagandístic que porten des dels famosos brots verd per convèncer la gent de
que les mesures de reforma laboral i ajust salvatge han tingut conseqüències
positives, això vol dir que esperen que aquest discurs tingui un cert ressò,
encara que sigui en el sentit de frenar una resposta contundent. Les dades de
l’Enquesta de Població Activa ja fa temps que es venen repetint: una suposada
reducció de l’atur però en un context també de reducció de l’afiliació a la Seguretat
Social. I això és perquè hi ha gent que surt del sistema, perquè ni treballa ni
rep l’atur, o simplement perquè se’n va a l’estranger. I aquesta campanya de
disfressar la realitat pot tenir un cert ressò, sobre tot si compten amb la
complicitat d’uns sindicats que han pactat amb els Governs de CiU i PP per
continuar amb la pau social.
Les darreres dades reflecteixen un augment de
la conflictivitat laboral, mentre que els sindicats majoritaris no paren de
perdre afiliació. Aquesta represa de la pau social pot tenir alguna cosa a
veure?
En una situació de conflicte qui porta les de
guanyar li interessa reduir el conflicte, com va passar durant el franquisme.
Avui dia els qui estan guanyant en la batalla de la retallada de drets els
interessa fer-nos creure que està tot molt tranquil i que si vols lluitar en el
teu lloc de treball estàs sol. Això va passar fins i tot durant el 15M, quan es
deia que la gent sortia a les places mentre que no enfrontava el conflicte als
centres de treball. Però la realitat és una altra, perquè les xifres de vagues
i augment de la conflictivitat laboral en els darrers anys així ho demostren.
Part de la batalla que tindrem en els propers mesos seran una batalla
ideològica, en la qual nosaltres ens haurem de creure la força real que tenim.
I en el moment en que ens ho creiem, que tremolin.
Com es pot vincular la lluita al lloc de
treball amb la lluita social?
Hem d’alliberar l’acció sindical dels límits de
l’empresa, ja que així també eliminem els límits que marca el fet de tenir un
contracte formal en una empresa, i adquireix molta més importància un
sindicalisme com a moviment social. Integrem moviment social i sindicalisme,
d’una banda, portant els conflictes a fora i, de l’altra, fent que la capacitat
de lluita a fora repercuteixi a dins. Aquesta és la millor manera també per
integrar a la lluita les persones que han estat expulsades del món del treball.
I recuperar el suport mutu?
En el moment en que es prohibeixen les vagues per
solidaritat, durant la construcció del model sindical a la transició,
s’afebleix greument la lluita sindical. Es trenca la solidaritat i el suport
mutu, que era la principal força que havia tingut el sindicalisme en aquelles
dècades. Ara ens hem de començar a plantejar la recuperació del suport mutu per
replantejar-nos el sindicalisme, recuperant així el sindicalisme que
practicaven els nostres avis i que hem perdut pel camí.
Un dels reptes que us heu plantejat al darrer
Congrés de la CGT de Catalunya és intentar organitzar les persones precàries,
immigrants sense papers o treballadores de l’economia submergida. Això com es
fa?
Una persona que se’n vagi a l’atur no ha de veure la
seva capacitat d’acció sindical eliminada, i per això és tan important
recuperar mecanismes de solidaritat. Es tracta d’utilitzar els mitjans que
tenim per confluir amb els col·lectius socials. I això també pel que fa a un
treballador o treballadora immigrant. Si no té papers, la seva capacitat de
lluita serà la que serà, davant el perill que l’enviïn a un CIE, i no el podem
obligar a fer el que nosaltres mateixos tampoc no faríem. Però podem defensar
les seves condicions laborals exercint pressió social des de fora, fent
“escraches” al patró, per exemple, i així també fem acció sindical. El paper de
delegats i comitès d’empresa queda replantejat amb aquest tipus d’estratègies.
Què penseu fer davant l’augment de la
repressió? Correu el risc de que us paralitzi com a sindicat?
Aquest és un tema que els moviments socials en
general, i el sindical com una part d’aquests, ens haurem de replantejar.
Bàsicament perquè si nosaltres optem per posar el conflicte sobre la taula,
això vol dir que entrarem en conflicte amb la legislació. Segurament els límits
els haurem de pensar en termes de l’eficàcia de la lluita que fem i no en
termes del que es pot fer o no, i això comportarà haver d’afrontar situacions
de repressió com ja venim fent. De totes formes, si el nostre objectiu es
augmentar el conflicte haurem d’esquivar la repressió que ens impedeixi
augmentar-lo.
Entrevista
realitzada per Homera Rosetti publicada al setmanari Directa.
lunes, 5 de mayo de 2014
CARTA DE KROPOTKIN A LENIN (21/12/1920)
Respetable Vladimir Illich:
Ha
aparecido la noticia, en los diarios Izvestia y Pravda, que da a conocer la decisión
del gobierno soviético de tomar como rehenes a algunos miembros de los grupos
de Savinkov y Cherkov del partido socialdemócrata, del centro táctico
nacionalista de los guardias blancos, y a oficiales de Wrangel, para que, en caso
de que sea cometido un intento de asesinato contra los líderes de los soviets,
sean exterminados sin piedad tales rehenes.
¿Es que
realmente no hay nadie cerca de usted que recuerde a sus camaradas y les
persuada de que tales medidas representan un retorno al peor periodo de la Edad
Media y de las guerras religiosas, y es totalmente decepcionante de gente que
se ha echado a cuestas la creación de la sociedad en consonancia con los
principios comunistas? Cualquier persona que ame el futuro del comunismo no
puede lanzarse a lograrlo con tales medidas.
¿Es
posible que nadie le haya explicado lo que realmente es un rehén? Un rehén es
aprisionado no por castigo a algún crimen. Es detenido para chantajear al
enemigo con su muerte. Si ustedes
matan a uno de los nuestros, nosotros mataremos a uno de los suyos. Pero,
¿no es ésto la misma cosa que conducir al prisionero cada manana hasta el
cadalso y regresarlo a la celda, diciéndole: Espera
un poco más, todavía no?
¿Y no
comprenden sus camaradas que ésto es equivalente a una restauración de la
tortura para los rehenes y sus familias?
Espero
que nadie me diga que la gente en el poder se interesa tan poco por las vidas.
Hoy en día aún entre los reyes hay algunas personas que contemplan la
posibilidad del asesinato como una ocupación
azarosa. Y los revolucionarios, por su lado, asumen la responsabilidad de
defenderse a sí mismos ante las Cortes que atentan contra su vida. Luisa Michel
eligió este camino. O rechazan el juicio y son perseguidos, como Malatesta y
Voltairine de Cleyre.
Aún los
reyes y los papas han rechazado tan bárbaro método de autodefensa como lo es el
de tomar rehenes. ¡Cómo pueden los apóstoles de una nueva vida, y los
arquitectos de un nuevo orden social dotarse de tales medios de defensa contra
sus enemigos! ¿Tendrá que considerarse ésto como un signo de que ustedes
consideran su experimento comunista fallido y que no están salvando tanto a ese
sistema tan querido para ustedes, sino salvándose ustedes mismos? ¿No se dan
cuenta sus camaradas de que ustedes, comunistas, a pesar de los errores que
hayan cometido están trabajando para el futuro, y que por lo mismo, no debían
realizar su trabajo en forma tan cercana a lo que fue el terror primitivo?
Ustedes deberían saber que precisamente estos actos, realizados por
revolucionarios en el pasado, han hecho de las nuevas realizaciones comunistas
algo tan difícil de lograr.
Pienso que deben tomar en cuenta que el futuro del comunismo es más precioso que sus propias vidas. Y me alegraría que con sus reflexiones renuncien a este tipo de medidas.
Con
todo y estas muy serias deficiencias, la revolución de Octubre ha traído un
enorme progreso. Ha demostrado que la revolución social no es imposible, cosa
que la gente de Europa Occidental ya había empezado a pensar, y que, a pesar de
sus defectos está trayendo algún progreso en dirección a la igualdad.
¿Por
qué entonces golpear a la revolución empujándola a un camino que la lleva a su
destrucción, sobre todo por defectos que no son inherentes al socialismo o al
comunismo, sino que representa la sobrevivencia del viejo orden y de los
antiguos efectos destructivos de la omnívora autoridad ilimitada?
Con
camaradería y afecto.
Piotr Kropotkin
Dmitrov, 21 de diciembre de 1920
domingo, 4 de mayo de 2014
AIXÒ DE L'EDUCACIÓ FINANCERA, FORMA PART DE L'EDUCACIÓ QUE VOLEM?
A l'institut de
secundària on treballo com a professor de filosofia i d'educació eticocívica,
aquesta primavera tindran lloc uns tallers d'Educació Financera, promoguts per
l'Institut d'Estudis Financers, en conveni amb el Departament d'Ensenyament.
Aprofito que ja se'ns han anunciat les dates dels tallers, per fer pública la
meva opinió al respecte en una carta oberta als meus companys, a la comunitat
educativa i a qui es trobi concernit per l'educació, l'economia i la societat.
Clar i català:
estic totalment en contra d'una iniciativa com aquesta. Se m'ha comentat que es
va aixecar alguna veu crítica el dia del claustre en què es va anunciar la
participació de l'institut; jo ara m'hi afegeixo, car aquell dia no hi vaig
poder assistir.
L'EFEC (Educació
Financera a les Escoles de Catalunya) és un programa promogut per una entitat
privada: l'Institut d'Estudis Financers. Al seu patronat, a més del Departament
d'Economia i Finances de la Generalitat de Catalunya hi trobem entitats com
Banc Sabadell, Santander, BBVA, CatalunyaCaixa, Caixabank... Els tallers els
imparteixen “voluntaris”: es tracta de treballadors en actiu o jubilats del món
de les finances. La idea és que es vagi estenent a totes les escoles.
Què
vol dir educació pública?
Quan ens hem
mobilitzat professorat de l'institut, ho hem fet a favor de l'educació pública.
Una de les crítiques que hem fet a la LOMQE i a la LEC és que va en el camí d'una
privatització més o menys encoberta: consagra el sistema dual
pública-concertada (incloent les escoles que segreguen per gènere), inclou la
possibilitat de la participació de fundacions privades en els centres... No
entenc, doncs, que puguem acceptar sense recances que una entitat privada amb
interessos també privats molt clars agafi hores del centre per donar classes de
finances. El programa EFEC el promou una entitat privada (l'Institut d'Estudis
Financers), i al darrera hi poderossíssims interessos financers privats: les
quatre grans entitats bancaries que operen a Catalunya (més la que ha fet
llufa, CatalunyaCaixa). Per tant, ens trobem davant un inici de penetració de
l'àmbit privat (amb interessos no estrictament educatius) a l'escola pública. Una
punta de llança.
Retallades
(a l'educació, a la sanitat, a...)
En segon lloc, no
passa setmana que en algun moment o altre ens queixem de l'acumulació de feina,
de les ràtios a classe, de la manca de professors substituts. Cal recordar que
retallades i canvis laborals tenen en bona part el seu origen en el fet que ha
augmentat el deute públic per tal de rescatar les “nostres” entitats
financeres? Resulta que no hi ha diners per cobrir baixes, que cada curs
escuren més l'assignació de professors al centre, però que sí que apareixen
recursos per fer tallers d'educació financera!!! D'on provenen aquests
recursos? D'unes entitats financeres o bé directament rescatades o bé
beneficiades per la socialització de les pèrdues... al capdavall, doncs, dels
diners de tots plegats!
En tercer lloc,
ara que afortunadament es jubilen dos professors de l'institut, comentem entre
nosaltres que segurament els que encara ens queda camí per endavant no ens
jubilarem a la mateixa edat ni amb les mateixes condicions. I pensem si podrem
aguantar, els anys que ens queden d'exercici de la professió, la pressió que
augmenta i augmenta a les aules, en part perquè els nostres alumnes també es
veuen afectats per una crisi generada per una economia financiaritzada (crisi
de la qual les grans fortunes han sortit enfortides, en la qual les
institucions financeres han sortit guanyant). I ara, d'alguna manera, a les
nostres classes vénen a defensar implícitament l'endeutament, encara que sigui
amb prudència i moderació (un dels tallers porta el títol “Endeutar-se amb
seny”), i a donar l'aire de “normalitat” i “idoneïtat” a productes com els fons
de pensions privats (un altre taller s'anomena “Finances per a la vida”). No és
com deixar entrar un cavall de Troia? D'altra banda, ens hem parat a analitzar
si aquests continguts són congruents amb els de la resta de currículums, pel
que fa a valors?
Els
“voluntaris”
En quart lloc,
analitzem la figura dels “voluntaris”. És clar, es pot fer el paral·lelisme
d'aquest tallers amb molts altres que es realitzen al centre (sexualitat,
consum, seguretat vial, etc.) amb diferents especialistes (Mossos d'Esquadra i
policia municipal inclosos). Al capdavall l'EFEC es nodreix de “voluntaris”.
Ara bé, no crec que siguin casos equiparables, perquè aquí es tracta d'una
entitat privada, darrera de la qual hi ha poderosos interessos privats, als
quals els voluntaris (treballadors en actiu o jubilats del món financer) no
gosaran posar en entredit. D'altra banda, el fet de pertànyer al món financer
ja apunta a uns hàbits i maneres de pensar favorables a les entitats
financeres. Finalment, són voluntaris, sí, però de quina causa humanitària?
En cinquè lloc,
s''argumenta que amb aquest programa se segueix una recomanació d'organismes
internacionals (OCDE i UE). Deixem de banda el debat sobre quins interessos
acaben defensant molt sovint aquests organismes. Acceptem com a necessària una
alfabetització financera. Per què no l'hauria de poder realitzar el professor
d'economia del centre? Ha superat unes oposicions, pot respondre davant del
Consell Escolar i de l'Administració, segueix un currículum democràticament
establert, en definitiva, no respon a cap interès privat. (És clar, també
caldria demanar immediatament que aquesta persona pogués tenir accés a una bona
formació en el tema, si s'escau, no pagada de la seva butxaca, i que tot plegat
no revertís en una jornada laboral encara més dispersa i atapeïda). Repeteixo:
per què hem de deixar un tema tan candent a la nostra societat, en mans d'uns
voluntaris que en darrer terme han de retre comptes sols a una entitat privada?
A més a més, els tallers estan organitzats des d'un sol punt de vista: el dels
que ofereixen els serveis financers i bancaris. No oblidem que els “voluntaris”
són o han estat treballadors financers. I darrera l'Institut d'Estudis
Financers hi ha les grans entitats bancàries que operen a Catalunya. I el punt
de vista del client (o de l'afectat)? Per què no conviden també als advocats
del Col·lectiu Ronda o als membres de la PAH, encara que sols sigui per tenir
una altra veu? Que jo sàpiga, representants d'aquests sectors no han
col·laborat en la confecció dels tallers.
Vull assenyalar,
en definitiva, que si calgués complir amb la recomanació de l'OCDE i de l'UE,
es podria fer sense trair el que ha de ser una educació pública, plural, i que
aspiri a formar ciutadans crítics (i no consumidors controlats a través del
deute) .
Aventuro que al
darrera hi ha una operació de maquillatge i distorsió de la realitat. Prenem
l'exemple de les Participacions Preferents: els directors de les oficines
bancàries les van col·locar massivament o bé per desconeixement (i aleshores és
manca de professionalitat) o bé amb total coneixement (i aleshores és un engany
a consciència, vaja, una estafa). Aleshores, sembla que la solució que
s'imposaria seria una bona formació (financera i ètica) dels professionals, i un
control (fins i tot judicial) de les males pràctiques, oi? Doncs no! El que cal
fer és que els alumnes de l'ESO tinguin coneixements financers! D'aquesta manera
aconsegueixen desviar la nostra mirada del nus del problema. Cal fer com si el
pes del problema fos de qui va ser enganyat, del client que no tenia prou
“cultura financera”... I sobretot convé que els (futurs) ciutadans no pensin
que una altra economia és possible.
Josep Ma Casasús Rodó
Professor de Filosofia de l'INS
Manolo Hugué de Caldes de Montbui
jueves, 1 de mayo de 2014
VIOLENCIA Y NO VIOLENCIA EN EL PENSAMIENTO DE MALATESTA
Mientras algunos de sus adversarios, en el campo de la izquierda, y concretamente los socialistas y comunistas, acusaron a veces a Malatesta de «tolstoiano», otros, más alevosos, desde la derecha, se esforzaron por presentarlo como feroz iconoclasta y predicador de la más ilimitada violencia.
A propósito de Malatesta, escribe Luigi Fabbri:
«Una vez, a cierto sectarismo frío que, a ejemplo de
Torquemada, parecía dispuesto a sacrificar media humanidad para salvar, para la
otra mitad, la árida fórmula de un principio, tuvo que decir: “iYo daría todos
los principios por salvar a un hombre!”. Otra vez, contra un terrorismo que se
cree revolucionario porque le parecen necesarias las ejecuciones en masa para
el triunfo de la revolución, Malatesta exclamaba: “Si para vencer se debiese
elevar la horca en las plazas, preferiré perder”. En julio de 1921, en su
proceso de Milán, terminó sus declaraciones a los jurados con algunas palabras
de dolor por la lucha feroz desencadenada en el país del fascismo, lucha “que
repugnaba a todos y no beneficia a ninguna clase o partido”. Y en las tres
ocasiones no faltaron los que acusaron a Malatesta de tolstoiano o cosa peor» (Malatesta p. 28-29).
Pero, poco más adelante, añade el mismo Fabbri:
«Una de las injusticias de que Malatesta fue víctima
durante muchísimo tiempo, y que en 1919-1920 se agravó por todas las maldades y
las ferocidades que el odio de clase suscitó entonces en contra suya, fue la
leyenda que le describía como un promotor de desórdenes, como un teorizador del
homicidio, como un violento en la propaganda y en los hechos, como un
energúmeno sediento de sangre. Se encontrarán los rastros de ello no sólo en
los periódicos conservadores, reaccionarios y policíacos, sino hasta en algún
periódico de ideas avanzadas. Recuerdo, entre otros, un violento e innoble
artículo contra Malatesta en L’lniciativa Republicana, de Roma, en el que se
aseguraba que provocaba por capricho tumultos sangrientos, mientras era bien
evidente que estos siempre eran provocados por la policía italiana con el
deliberado propósito, sea de detener los progresos del movimiento revolucionario,
sea de crear una ocasión propicia para desembarazarse de un modo u otro del
temido agitador. El haber estado mezclado, desde 1870 en adelante, directa o
indirectamente, en una cantidad de movimientos y tentativas revolucionarias e
insurrecciones europeas, y junto a los informes fabulosos de las policías de
todos los países, que el periodismo burgués y ciertos escritores a lo Lombroso,
por servilismo profesional o por ignorancia, tomaban por oro de ley, habían
facilitado la difusión de la estúpida leyenda» (Malatesta, p. 29).
La verdad es que Malatesta no era un partidario de la resistencia pasiva
y de la no violencia, pese a la estima que sentía por Tolstoi, ni tampoco un
partidario de la violencia destructora e indiscriminada, de los atentados y las
bombas arrojadas alegremente contra justos y pecadores. Aun sin haber leído
ninguno de los textos que consagró en diversas ocasiones al problema de la
violencia, podríamos asegurarlo a partir de un conocimiento básico de su
carácter moral y de su ideario general.
Su posición a este respecto, se acercaba quizás más que a la de ninguno
de los grandes teóricos del anarquismo, a la de Kropotkin.
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